13 de septiembre de 2010

El Misántropo


Julio 2010


En la oscuridad de tu recamara.

En la soledad de tu mente. En el vacío
de tu espíritu.
En lo maligno de ser.
Llevas 2 días sin poder dormir.


Llegas a un punto en el que ya nada te satisface, ya nada te llena.
Cada vez es más difícil sentir, y emocionarse por algo parece imposible.


Las mujeres dejan de ser bonitas, la comida pierde su sabor y de
repente te das cuenta de que te odias a ti mismo

tanto como odias al resto de la raza humana.

Todo comienza a ser patético, todo se vuelve ilógico.
Cada palabra, cada pensamiento, cada aspecto de la humanidad te
resulta absurdo.


Pasas tanto tiempo sin poder dormir que mientras la noche se adentra
en horas, te pierdes en la oscuridad de tu propio pensamiento.
Ya nada importa lo suficiente, ya nada vale la pena, y todo sueño,
toda meta, se esfuma y con ellas, muere la esperanza.


Pasas tanto tiempo en la lúgubre prisión de tu mete, que sientes que
jamás saldrás de ahí.
Las fechas, dejan de importar. Y el tiempo pierde importancia con cada
segundo que transcurre.


Te hundes tanto en el pozo, que abandonas toda fe y toda creencia.
Pero cuando sientes que estas completamente perdido, alcanzas a ver
una luz al final del túnel.

Es la luz de las ilusiones. Puedes verlas a lo lejos y mientras más te
acercas a ella, vas recordando el amor que un día sentiste por ellas.
Recuerdas lo mucho que las necesitabas y amabas.


Ellas siempre estuvieron ahí, pero tú les diste la espalda. Las
abandonaste y las olvidaste.
Pero ellas siempre te perdonan y olvidan tus ofensas.

Con un beso tibio te dan la bienvenida y extendiendo su brazo te

invitan a ser amantes de nuevo.
Sin más que perder, aceptas su oferta y decides volver a ver la vida a

través de sus ojos.


Decides que lo mejor de ahora en adelante es amarlas y nunca más
abandonarlas, pues te han rescatado, te han salvado la vida una vez más.

Así que decides creer de nuevo y la esperanza renace en ti.
Las mentiras, las ilusiones, la esperanza de un mejor mañana.



Sientes la vida correr por tus venas de nuevo.




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